Qué complicado hablar sobre mí.

¿Qué mí?

Cuando me pongo a pensar sobre mi aparecen un montón de dudas, miedos, inseguridades, preguntas y contradicciones.

Te podría contar que soy una persona sensible y empática que a la vez puede ser fría y distante; que soy una persona sociable a la que le gusta la soledad, o una persona risueña con tristeza en su interior. A veces dulce y otras agria. Tranquila y nerviosa a la vez.

Podría decirte que soy una amante del silencio a la que también le gusta poner la música a todo volumen y cantar alzando la voz, o que disfruto de momentos de quietud y momentos de movimiento, a veces: suaves y lentos, y otras: rápidos y fuertes.

Podría continuar hablándote de todas mis facetas, polaridades y de lo indefinida que me siento a veces. ¿Acaso debería ser eso un problema?

Porqué podría contarte las muchas veces que he buscado ponerme etiquetas, simplemente por el hecho de sentir que se quién soy, pero etiquetarme, tampoco funcionaba.